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Un nuevo rumbo para los eléctricos de Toyota: el desafío de Koji Sato

El paso a un lado de Akio Toyoda como máximo responsable de la compañía, deja a Koji Sato como nuevo CEO del fabricante de automóviles más grande del mundo. Sabido es que la firma ha tomado algunas decisiones cuestionables ante la nueva etapa que se le viene encima a la industria automotriz. El hombre que le reemplaza como nuevo director ejecutivo es un ingeniero amante de los autos, del lujo y de la velocidad. ¿Es este el perfil adecuado para asaltar el mercado de los vehículos eléctricos?

En muchos sentidos, Koji Sato es una versión más joven de Toyoda; como jefe de Lexus y de la división de deportes de motor GAZOO Racing, su misión era romper el viejo molde de Toyota con el desarrollo de modelos divertidos de conducir, “elegantes y geniales”. Su mentor vio con buenos ojos su capacidad para tomar riesgos y cambiar el statu quo.

“El presidente Toyoda siempre nos dijo que está bien fracasar”, declaró Sato después de ser designado como el próximo director ejecutivo a partir del 1 de abril. “Si nunca pones a prueba tus límites, nunca nacen nuevas creaciones”. El nuevo desafío de Sato será aplicar esa mentalidad a toda la empresa en un mercado cambiante. A sus 66 años, Toyoda dijo que la “juventud” de Sato, con 53, “ayudará a escribir el próximo capítulo de la historia de Toyota”.

En una industria asediada por la electrificación, la conducción autónoma y la conectividad, Sato, como nuevo jefe, tiene la misión de transformar al que ahora es el fabricante de automóviles más grande del mundo en una “empresa de servicios de movilidad”, con todo lo que ello implica a nivel organizativo y administrativo y, por supuesto, de producto. Así lo aseguró Toyoda el pasado 26 de enero durante el nombramiento. “Tiene colegas jóvenes y de ideas afines. Espero que este nuevo equipo vaya más allá de los límites que yo no puedo romper”.

Si Toyoda, que asumió el mando en 2009 y llevó la firma a su era de mayor prosperidad, era nieto del fundador del fabricante, Sato es el primer director ejecutivo que no pertenece al clan desde hace una década. Podría permanecer al mando hasta la próxima década, unos años en los que le espera otra era de gran agitación, muy disruptiva para toda la industria. Según los analistas, su capacidad para adaptarse y cumplir o fracasar podría tener un impacto fundamental en Toyota.

“Sato ciertamente tiene mucho trabajo por delante”, afirma Christopher Richter, analista de CLSA de Tokio, una de las consultoras líderes en Asia. “Hay muchos problemas complicados con los que lidiar durante la próxima década y habrá muchos cambios”. Entre ellos, encontrar las nuevas líneas de negocio fuera de los vehículos, en los datos y en otros servicios de software, sin mencionar que debe mantenerse competitivo en la carrera por la electrificación.

Sato tiene un título en ingeniería de la prestigiosa Universidad Waseda de Japón. Se unió a Toyota en 1992. Es el sucesor natural de Toyoda. Aficionados ambos a la competición, a menudo se les podía encontrar en los boxes de GAZOO Racing. Como jefe de Lexus, el papel de Sato era canalizar la voluntad, la visión y la filosofía de Toyoda, que no era solo el jefe, sino el llamado ‘Titular de la Marca’. En una entrevista concedida a Automotive News el año pasado, Sato afirmaba que “él es la persona que guía y muestra al equipo la visión y la filosofía de la marca”.

Toyoda ha llegado a decir que Sato fue contratado en parte porque “le encantan los autos”. Incluso cuando asuma el papel de supervisor de presidente en la reorganización de la gerencia, “en mi papel como conductor maestro, verificaré si el producto tiene el verdadero sabor de los modelos Toyota y Lexus”.

“Soy un fabricante de automóviles. Es todo lo que soy. Ese es mi límite. El nuevo equipo del presidente Sato tiene la misión de transformar Toyota en algo más”. A partir de aquí, entre las tareas de Sato se encuentra abordar las crecientes críticas de que Toyota se ha quedado atrás en la carrera de los vehículos eléctricos.

También es responsable de trazar el futuro hacia la neutralidad en carbono, al mismo tiempo que se defiende de los nuevos rivales de Silicon Valley, China y otros lugares del mundo. En una palabra, Sato debe reinventar Toyota para una nueva era mientras salvaguarda los símbolos culturales que han sido el secreto de su éxito durante tanto tiempo. “La fuerza de Toyota radica en el hecho de que está ligada a los pensamientos de sus fundadores, que siguen corriendo por sus venas”, dijo Sato a los periodistas. “La filosofía fundacional de la empresa se mantiene sin cambios: asumir los desafíos de una nueva era”.

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