Hace un mes, el anuncio del arranque de la producción del Toyota bZ3 ya auguraba que este auto tenía en sus manos el poder de convertirse en el más vendido del mundo. En principio, promete ser una alternativa muy a tener en cuenta en el mercado chino, el único país donde se comercializa de momento. Sin embargo, por todo lo que ofrece y al precio al que lo hace, se plantea como un modelo disruptivo si se llega comercializar a nivel global, lo que supondría un auténtico problema para Tesla, para su Model 3 y para todos los fabricantes europeos y americanos.
El bZ3 es un sedán eléctrico nacido de la colaboración entre Toyota, BYD y FAW-Toyota. El resultado es un vehículo eléctrico que puntúa muy alto en casi todos los apartados que demandan los clientes. A su favor, el diseño y la fabricación de Toyota, la tecnología de batería de BYD, un sistema eléctrico muy eficiente, seguro y fiable a un precio rompedor.
El bZ3 ya llevaba acumuladas más de 5.000 pre-reservas desde que se abrió el libro de pedidos anticipados el pasado 6 de marzo en China. En un evento celebrado el 16 de abril, la empresa conjunta de Toyota, FAW Toyota, encargada de su comercialización en el país asiático, lo puso oficialmente a disposición de sus clientes.
Tres son las opciones de configuración que ha montado la marca para su llegada oficial al mercado chino y sus precios, como era de esperar, son muy interesantes: 169.800 RMB ($24.500), 189.900 RMB ($27.000) y 199.800 RMB ($29.000). A diferencia de lo que ocurre con otros modelos, las primeras entregas coincidirán con el lanzamiento del modelo, por lo que estará en manos de sus primeros clientes prácticamente de manera inmediata.
El Toyota bZ3 es un eléctrico compacto que mide 4.725 mm de largo, 1.835 mm de ancho y 1.475 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.880 mm. El exterior presenta un perfil con las esquinas de los paragolpes delanteros formando tomas de aire que facilitan el flujo para refrigerar los componentes mecánicos. Las manijas de las puertas enrasadas con la carrocería, las llantas de aluminio y el paragolpes trasero tienen una forma estudiada para reducir la resistencia aerodinámica, dando como resultado un coeficiente Cd de 0,218. Está basado en la plataforma e-TNGA de Toyota derivada de la arquitectura de sus híbridos, para implementar sobre ella un sistema de propulsión totalmente eléctrico.
En la parte trasera monta un motor que puede tener dos potencias: 135 kW (181 hp) y 180 kW (241 hp) con un par máximo de 303 Nm en ambos casos. Esta configuración eléctrica permite que acelere de 0 a 50 km/h en 3,2 segundos. Igualmente hay dos opciones de batería: una de 49,92 kWh y otra de 65,26 kWh. Su autonomía en el ciclo de homologación chino, el CLTC, es de aproximadamente 500 km y 600 km, respectivamente (en el ciclo WLTP europeo se reduciría a un 60-75% de esta cantidad). Además, admite potencias de recarga en corriente continua que elevan la capacidad del 30% al 80% en aproximadamente 30 minutos.
La presencia de Toyota en el desarrollo y fabricación de este automóvil son la garantía que terminará de convencer a los futuros compradores de un eléctrico para hacerse con él. Para que eso pase, y tal como le piden muchos de sus seguidores, la marca solo tiene que querer ensamblarlo en sus fábricas y ofrecerlo en todos los mercados del mundo en los que opera habitualmente. Toyota puede tener en su mano dominar el mercado de los vehículos eléctricos si aprovecha esta oportunidad.