La apuesta es arriesgada y los resultados se empezaran a conocer muy pronto. Toyota no cree en el auto eléctrico. Está convencido de que el híbrido (enchufable o no) es una pieza clave no sólo en una transición al vehículo eléctrico, también en el futuro a largo plazo. La primera víctima de esta decisión es el modelo bZ4x, su primer eléctrico.
El nacimiento del Toyota bZ4x ha sido realmente complicado. Su primer automóvil eléctrico también ha servido para desarrollar a otros dos hermanos: el Lexus RZ 450e y el Subaru Solterra. Cada uno con su propia forma de ser. El Lexus, más lujoso. El Subaru, más todoterreno. El Toyota, el auto de masas.
Pero desde su anuncio oficial a finales de 2021 y desde que comenzaran las entregas, el bZ4x se ha convertido en un dolor de cabeza continuo para la marca. Una jaqueca que se ha ido incrementando con una llamada masiva a revisión por graves problemas con sus ruedas (podían llegar a desprenderse en frenadas de emergencia) y estudios que apuntan a una autonomía muy lejana a la esperada en condiciones reales de conducción.
Todo esto ha provocado que Toyota apenas haya matriculado 1.200 unidades. De ellas, casi mil llegaron al mercado en el último trimestre. En Europa, el bZ4x sólo está disponible bajo la fórmula de renting. Al menos, de momento, no será posible comprarlo pero en mercados como el norteamericano o en la propia América Latina si se puede comprar pero su disponibilidad está muy limitada por ahora.
Los números de unidades colocadas, por tanto, son muy bajos para el mayor fabricante de vehículos del mundo. Sólo en 2022, Toyota vendió más de medio millón de vehículos electrificados. Entre ellos, el Toyota Mirai, su apuesta por el hidrógeno y la pila de combustible, que consiguió sumar 2.000 unidades pese a los inconvenientes que tiene intrínsecos este modelo.
La situación es tal que la compañía ha puesto techo a sus ventas en Estados Unidos y según el medio Car and Driver son de alrededor de 10.000 unidades. Una cifra muy conservadora para la marca. Por ejemplo, entre los eléctricos, el Tesla Model 3 vendió solo en ese mercado casi 200.000 unidades y le sigue el Tesla Model Y en la tercera posición, cerrando con el Ford Mustang Mach-E que vendió más de 60.000 unidades.
Para tener una mejor fotografía del panorama, Car and Driver destacaba que un vehículo tan de nicho como el Toyota GR Yaris ya se había situado en 12.000 unidades en los Estados Unidos. O que el Volkswagen ID.4 ya había conseguido poner en el mercado más de 20.000 unidades y las previsiones sólo apuntan a que el mercado mundial de autos eléctricos seguirá creciendo.
Para justificar esta decisión, Toyota ha puesto un ejemplo muy visual: con cada batería de 100 kWh de capacidad, el fabricante puede producir 90 modelos Prius híbridos eléctricos y seis RAV4 híbridos enchufables. Es decir, Toyota sigue prefiriendo vender a volumen en lugar de menos unidades a un mayor precio, como sí anunció marcas como Volkswagen.
“El tiempo está de nuestro lado. Esta escasez, no sólo de materiales para baterías, sino también de infraestructura de recarga, dejará muy claro que no hay una solución única para todos, y que la mejor respuesta es, en realidad, una mezcla de distintos tipos de vehículos”, aseguró Gill Pratt, jefe científico de Toyota al medio Automotive News.
Estas declaraciones están en consonancia con las expectativas que la marca tiene puestas en las tecnologías del futuro. En Toyota se han cansado de decir por activa y por pasiva que no creen en el vehículo eléctrico como alternativa única a los motores de combustión.
La marca hace tiempo que busca soluciones debajo de las piedras al eléctrico. Desde una apuesta firme por la hibridación (enchufable o no) hasta los usos más inesperados del hidrógeno, desde la pila de combustible hasta cartuchos, pasando por su quema en motores de combustión.
Pese a todo, puede que no todos en Toyota piensen igual. El fracaso del lanzamiento del bZ4x ha hecho que la compañía se esté replanteando cambiar por completo su hoja de ruta. En 2021 anunciaron que lanzarían hasta 30 modelos con diferentes tamaños de batería antes de 2030 adaptando la actual plataforma TNGA pero según Reuters, todo ha quedado en el papel. Ahora la compañía está estudiando el desarrollo de una nueva plataforma especifica para eléctricos con una inversión de hasta 38.000 millones de dólares.
En el próximo mes de abril, Akio Toyoda, su CEO desde 2009 y nieto del fundador de la empresa, dejará la compañía pero permanecerá en el consejo. Toyoda ha sido uno de los grandes críticos del auto eléctrico y su gestión se ha basado en dos grandes planes a futuro: dotar a Toyota de una gama deportiva que despierte la pasión del más entusiasta y el hidrógeno como energía salvadora.
Aunque la Unión Europea ha confirmado que no dejarán vender vehículos con motores de combustión a partir de 2035 y los fabricantes se han mostrado reacios, lo cierto es que cada vez más firmas están abandonando el desarrollo de motores de combustión, previendo unas condiciones muy duras para su futuro con la nueva normativa Euro 7.
Toyota, de momento, no termina de apostar por ellos y sigue lanzando mensajes (con declaraciones y hechos) en los que asegura que se mantendrán con los híbridos por bandera. Solo el tiempo dirá si están en lo cierto o, por el contrario, el mercado los arrollará.