A mitad del partido, ya se puede intuir la clasificación con la que acabará 2022, en términos de producción de automóviles. Toyota es, de lejos, el constructor que más unidades ha vendido en la primera mitad de año, con un total de 5.137.811 vehículos, un retroceso del 6% en comparación con el ejercicio anterior.
Sin embargo, este descenso en unidades es considerablemente menor que el que registran las compañías europeas, mucho más golpeadas por la escasez de semiconductores y la guerra en Ucrania. En segundo lugar, con una caída del 22,2%, se encuentra el Grupo Volkswagen, que entregó 3.875.100 vehículos.
Cerrando el podio por primera vez en la historia se encuentra el Grupo Hyundai, con 3.295.810 ventas. Sus acuerdos de aprovisionamiento con otras empresas de semiconductores le han permitido adelantar a la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, que ocupó el primer puesto en 2017, cuando superó los 10,6 millones.
Ahora, esa alianza se encuentra en momentos menos afortunados y retrocede hasta la quinta posición. Sus ventas —las más difíciles de calcular de todos los fabricantes, ya que sus partes no las hacen de manera unificada— suman 2.909.321 en la primera mitad de año, un descenso del 24,2%. A esto contribuyó el acusado descenso de Renault, que, con su salida del mercado ruso, registró un -29,6%, apenas superando el millón de unidades.
Por delante de esta marca se encuentra otro conglomerado en el que Francia juega un papel importante: Stellantis. En sus resultados semestrales, el consorcio declaró 2.934.000 de entregas, un 7% menos que hace un año. Destaca su buen rendimiento en los Estados Unidos y Europa, especialmente en lo que a vehículos comerciales se refiere.
El descenso de la industria en la primera mitad del año es en torno al 10%, así que superar este indicador es decididamente positivo. De cara al cierre del ejercicio, con estas cifras, las estimaciones son de 10,3 millones para Toyota, 7,8 millones para el Grupo Volkswagen, 6,6 millones para el Grupo Hyundai y en torno 5,8 millones para la Alianza y Stellantis, que se disputan la cuarta y quinta posición.
A pesar de estos descensos generalizados en ventas, todos los fabricantes han registrado incrementos en sus beneficios operativos, una situación que ha desencadenado la escasez de semiconductores, ya que les ha permitido centrar sus operaciones en vehículos más rentables y aumentar los precios de su gama.
Mientras que Toyota solo se tienen los datos de producción y ventas del semestre, el Grupo Volkswagen registró un beneficio operativo de 11.358 millones de euros, un 12,9% más —algunas de sus marcas individuales, como Audi, llegaron a incrementar su resultado operativo en un 51%—.
Stellantis, por ejemplo, también vio un incremento en sus beneficios antes de impuestos: registró 12.374 millones en la primera mitad del año, un 44% más que en el ejercicio anterior. Renault, por su parte, registró un beneficio operativo de 988 millones, más del doble que hace un año.
Ocurre lo mismo en el segmento premium, donde Mercedes-Benz registró un beneficio operativo de 4.622 millones de euros, un 5,7% más que hace un año, con un 8,1% menos de ventas de sedanes: 974.100 unidades. La marca alemana BMW entregó 2,5 millones de vehículos, un 8,4% más, y su resultado operativo ascendió a los 16.060 millones de euros, un 207% más.