Toyota Estados Unidos ha completado la transformación de su planta de Princeton, en Indiana. En enero de 2017, la marca había anunciado que tenía previsto invertir unos 600 millones de dólares para modernizar la instalación y crear 400 puestos de trabajo, gracias al incremento de la producción del modelo Highlander.
No obstante, Toyota se quedó corta en sus previsiones. Hoy informó de que finalmente ha invertido 1.300 millones de dólares en el proyecto, es decir, 700 millones más. Además, también añadirá otros 150 empleos extra.
Dicha cantidad ha ido destinada a la remodelación de la planta y a la instalación de nuevos equipos y tecnologías de fabricación avanzadas. Desde 1996, la inversión total de Toyota en Indiana es de aproximadamente 5.000 millones de dólares. La planilla laboral supera los 7.000 trabajadores y la fabrica tiene una capacidad de producción de más de 420.000 vehículos anuales.
Adicional a la inversión en la planta, Toyota Indiana comprometió un millón de dólares a un nuevo programa regional de fuerza laboral que conectará a los estudiantes con oportunidades profesionales en la fabricación mientras todavía están en la escuela secundaria.
En Princeton, Toyota ensambla el modelo Highlander -y su variante híbrida- y el Sienna que son vendidos principalmente en el mercado local, mientras que, para 2022, cesará la producción del Sequoia allí trasladando su producción a la planta de San Antonio, Texas.
Esta operación se enmarca dentro del plan inversor de Toyota en los Estados Unidos, de 13.000 millones de dólares hasta 2021, de los que tiene ya comprometidos 7.100 millones.
La marca pretende ampliar su presencia productiva en el país norteamericano, donde opera desde hace más de 60 años y a la fecha ha invertido más de 28.400 millones de dólares.