La compañía contabilizó un beneficio neto atribuido de 2,01 billones de yenes (16.775 millones de euros) en los nueve primeros meses del año fiscal japonés -de abril a diciembre de 2019-, lo que se traduce en un incremento del 41,4% respecto al mismo período del ejercicio previo.
Toyota explicó que el crecimiento de sus beneficios se debe a la subida de sus matriculaciones mundiales, así como a la estrategia de reducción de costos que está llevando a cabo, que le ha permitido ahorrar 110.000 millones de yenes (916 millones de euros).
El director operativo de la multinacional nipona, Masayoshi Shirayanagi, afirmó que el negocio de su empresa se vio afectado de forma negativa con 250.000 millones de yenes (2.083 millones de euros) por la fluctuación del tipo de cambio de divisas y señaló que, sin tener en cuenta este efecto, el beneficio operativo hubiera mejorado en 220.000 millones de yenes (1.833 millones de euros).
La compañía cerró los nueve meses fiscales con una facturación de 22,83 billones de yenes (190.250 millones de euros), lo que representa una subida del 1,6%, mientras que sus ventas mundiales alcanzaron 6,83 millones de vehículos, un 1,9% más.
Entre abril y diciembre de 2019, Toyota registró un beneficio operativo de 2,05 billones de yenes (17.156 millones de euros), lo que se supone una progresión del 6,2% en la comparativa interanual.
Para el conjunto del ejercicio 2019-2020, la compañía prevé lograr un beneficio neto atribuido de 2,35 billones de yenes (19.583 millones de euros), un 24,8% más en comparación con el año previo, mientras que sus ingresos bajarán un 2,4%, hasta 29,5 billones de yenes (245.833 millones de euros).
En términos de matriculaciones, Toyota ha mantenido sin variación su estimación previa, que se sitúa en 8,95 millones de unidades.