Tras la renuncia de Akio Toyoda como CEO de Toyota y su sustitución por Koji Sato, la estrategia de electrificación de la empresa ha dado un giro de 180 grados. La nueva dirección ha creado un equipo dedicado exclusivamente al desarrollo de BEV (Battery Electric Vehicles) para recortar distancias con los actuales líderes del sector, encabezados por Tesla.
Sin embargo, esto no significa que Toyota haya renunciado a los FCEV (Fuel Cell Electric Vehicles), por los que lleva años apostando con decisión. Como parte de su impulso para vender 200.000 vehículos con pila de combustible de cara al año 2030, la compañía se centrará principalmente en dos mercados: China y Europa. Es interesante recordar que, para la misma fecha, su objetivo de entregas de autos eléctricos a baterías es superior a los 3,5 millones de unidades.
Hasta ahora, Toyota había enfocado su estrategia comercial al mercado norteamericano, donde la demanda de sus modelos de hidrógeno ha terminado por estancarse. Además, dado que todo parece indicar que las baterías se impondrán en el flota vehicular por motivos de costo y eficiencia, Toyota ha comenzado a diversificarse para aprovechar su tecnología en otros nichos del mercado.
Así, la compañía está evaluando el uso de pilas de combustible en camiones, entre otras aplicaciones. «Esta puede ser una forma extraña de decirlo, pero 200.000 no es un gran número. Creemos que se puede lograr esta cifra y más», admite el director de tecnología de Toyota, Hiroki Nakajima. Recordemos que el año pasado la marca vendió un total de 3.900 FCEV en todo el mundo.
Uno de sus principales rivales en la carrera del hidrógeno, su compatriota Honda, estima que en 2030 fabricará unos 60.000 vehículos de este tipo como parte de su joint venture con General Motors. Al mismo tiempo, calcula que sus ventas de vehículos eléctricos a baterías rondarán los 2 millones de ejemplares, un 40% de su producción mundial.
Más allá de centrarse en China y Europa, dos regiones en las que la demanda de hidrógeno está creciendo con mayor rapidez, Toyota también aspira a reducir costos y estrechar lazos con sus socios para poder crear un completo ecosistema de hidrógeno. Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo firmó un acuerdo de colaboración con Daimler Truck para cooperar en el desarrollo de soluciones basadas en esta tecnología.