Un vehículo eléctrico con hasta 1.200 kilómetros de autonomía gracias a una batería de estado sólido que se puede recargar al completo en 10 minutos y tantas veces como se desee, sin miedo a la degradación. Este sueño podría hacerse realidad al horizonte de la mano de Toyota y las nuevas baterías de estado sólido.
Así lo ha revelado el gigante japonés en una reciente reunión informativa. Prolongar la vida útil de las baterías de estado sólido ha sido un problema que ha impedido que la tecnología alcance la viabilidad comercial, pero la compañía afirma que lo ha superado.
Ahora se centra en superar el siguiente obstáculo, el desarrollo de la capacidad de producción en serie. Si finalmente lo logra, podría ser realmente disruptiva para el panorama de los autos eléctricos. “Hemos encontrado material de calidad”, afirma Hiroki Nakajima, Director de Tecnología. “Seguiremos el ritmo del resto del mundo y le daremos definitivamente un uso práctico”.
En teoría, las baterías de estado sólido para el automóvil eléctrico de Toyota podrán cargarse en menos de 10 minutos y dotar un vehículo con una autonomía de hasta 1.200 kilómetros. Tendrían así una densidad energética 2,4 veces superior a la de las baterías convencionales de iones de litio.
El anuncio de la marca llega de manera oportuna antes de la junta anual de accionistas, lo que ha disparado en bolsa las acciones de Toyota, pero la realidad es que todavía quedan unos años antes de ver esa batería hecha realidad. Mientras tanto, Toyota está aumentando el rendimiento de sus baterías de iones de litio. Ya en 2026, la empresa lanzará una nueva generación de eléctricos con una autonomía de unos 1.000 km con una carga rápida de 20 minutos.
En todo caso, el primer auto en disponer de esa batería podría ser un híbrido. Toyota tiene intención de comercializar en la “primera mitad de esta década” un modelo híbrido con una batería de estado sólido. Sería la prueba de fuego, tanto en términos de longevidad como de fiabilidad, de esta batería antes de su comercialización en un modelo eléctrico.
La batería de estado sólido es vista como la solución milagro para que el eléctrico sea tan práctico como el de combustión interna. Además del elevado precio, uno de los frenos para la adopción del auto eléctrico son los condicionantes a los que somete su conductor, como la necesidad de disponer de un sitio donde cargarlo por la noche o la planificación de las rutas en función de las infraestructuras de recarga.
En teoría, este tipo de batería eliminaría los escollos prácticos, pero probablemente no el del precio, al menos al principio como ya ocurrió con el Prius o Mirai. Así, permitiría usar un eléctrico como se utiliza ahora mismo uno a gasolina, diésel o un híbrido. Puede estar aparcado en la calle por la noche sin necesidad de estar enchufado varias horas y se puede salir de viaje con casi cero planificación de dónde recargar.
Muchos son los fabricantes, algunos vía startups, los que trabajan para llevarla a la fabricación en serie. De momento, ninguno lo ha logrado. Toyota es uno de ellos y ha anunciado que tendrá su primer eléctrico con una batería de estado sólido en venta alrededor de 2027. Entre ellos, Nissan tiene previsto lanzar su primer eléctrico con batería de estado sólido a finales del año fiscal 2028, mientras que BMW espera presentar un prototipo con este tipo de batería en 2025 y producirlo en serie en 2030.