Tal como estaba previsto, Daihatsu presentó en el Salón de Tokio una novedad que tiene una gran importancia a nivel regional: el Rocky, el B-SUV que dará origen a una versión propia de Toyota y que representará el desembarco de este modelo (con nombre por confirmar) en América Latina para competir en el segmento B.
De hecho, el nuevo Rocky es la versión definitiva del concept DN-Trec, aunque su diseño no resulte tan parecido al del prototipo. Está desarrollado sobre la plataforma DNGA o GA-B como la denomina internamente Toyota, una variante más compacta y simplificada de la TNGA, que utilizan el Prius, Corolla y RAV4 entre otros.
Precisamente, en cuanto a dimensiones, el B-SUV mide 3,99 metros de largo, 1,69 metros de ancho, 1,62 metros de largo y posee una distancia entre ejes de 2,52 metros. Su peso es de apenas 980 kg, por lo que su motor gasolina de tres cilindros, 1.0 turbo y 98 hp asociado a una caja automática CVT alcanza para moverlo con soltura en ámbitos urbanos. Según trascendió, contará con versiones con tracción delantera o integral.
A nivel estético, en su diseño predominan los trazos rectos y marcados. Se destaca el sector frontal con grandes faros y una parrilla hexagonal de generoso tamaño, que justo con los marcos de los antinieblas, le dan una imagen bastante agresiva al pequeño SUV. Otros detalles llamativos son el pilar A y el techo pintados de color negro, contrastando con el color de la carrocería, algo habitual en los modelos recientes.
En el interior, el tablero luce un aspecto moderno y bastante deportivo, con detalles en aluminio y la pantalla táctil flotante tipo tablet ubicada en la parte superior de la consola central.
Para conocer la interpretación propia de Toyota, habrá que esperar algunas semanas más y se dice que será presentado el 4 de noviembre como un producto global. La producción está programada en la planta brasileña de Sorocaba y complementará al ya conocido C-HR, posicionado al tope del segmento B, como una opción más accesible.